A menos de cuatro horas de la Ciudad de México se ubica Tlaxcala, un estado con poco más de cuatro mil km2 y dos pueblos mágicos que tienen mucho para mostrar.
Siguiendo la carretera México-Puebla llegas a Huamantla en menos de tres horas y la misma pista te lleva a Tlaxco en poco más de tres horas.
El nombre Tlaxcala viene del náhuatl tlaxcalli que significa tortillas y se combina con la terminación tlān que marca el lugar. Tlaxcala significa lugar de tortillas. Algunos historiadores tienen otras teorías. El nombre viene de la raíz primitiva Texcalli que significa peñasco y se combina con lan que indica el lugar. Tlaxcala significa en el peñasco.
Cualquiera que sea su significado, Tlaxcala sí existe y ofrece a sus visitantes dos pueblos mágicos con construcciones coloniales, comida y artesanías únicas.
Huamantla, Pueblo Mágico, Tlaxcala
Los primeros asentamientos de la cultura Tlaxco llegaron a Huamantla con la inmigración otomí en el año 900 d.C. El pueblo se vio obligado a adaptarse a la cultura colonial con la conquista de los españoles. Y se convirtió en uno de los primeros lugares en recibir franciscanos en 1567. Para 1569 las construcciones conventuales comenzaron.
Debido a su historia, Huamantla es el sitio ideal para practicar turismo religioso.
La Basílica de Nuestra Señora de la Caridad es, quizá, el templo más popular en el pueblo. Allí se encuentra la imagen de la Virgen de la Caridad que llegó a Huamantla en el siglo XVII.
Para honrar a la virgen, cada 15 de agosto se celebra la fiesta religiosa “Noche que Nadie Duerme”. Las calles se pintan de colores con las fugaces alfombras de aserrín y arena que cubren Huamantla en esta época. La procesión comienza a media noche, los fuegos artificiales, los cantos y rezos acompañan al carruaje de la virgen toda la noche.
En el centro del pueblo está el ex Convento de San Luis Obispo destaca por su antigüedad. Su construcción terminó en 1585, es de estilo churrigueresco -recargado de decoración- y polícromo. Aquí se resguarda la imagen de San Luis Obispo Tolosa, el patrono del pueblo. En su interior destaca el retablo salomónico dedicada a la Virgen María.
Un paseo cultural
El Museo Nacional del Títere es también una parada obligada en el pueblo. El acervo del museo cuenta con más de 700 muñecos de todas partes del mundo, pero destacan aquellos utilizados por los titiriteros huamantlecos del siglo XIX: los hermanos Rosete Aranda.
Aunque no estoy a favor de la tauromaquia, es importante mencionar que Huamantla es un pueblo taurino. Para los curiosos del tema está el Museo Taurino. Éste tiene una exhibición de las plazas de toros alrededor del país y la historia de la tauromaquia en el pueblo.
Tlaxco, Tlaxcala
Tlaxco se unió a la lista de Pueblos Mágicos de Tlaxcala en 2015 gracias a su historia y oferta cultural. Si bien el tiempo ha pasado, aquí parece estar detenido.
La Parroquia de San Agustín, santo patrono, fue construida entre los siglos XVII y XVIII. En la fachada resaltan la cantera rosa y la torre. Es el interior el que te roba el aliento. Los detalles barrocos moldeados en madera y los laminados de oro cuentan el pasado del templo. Cuatro columnas estípites son decoradas por ocho imágenes, resalta el relieve de San Agustín. La nave tiene forma de cruz latina y en la cúpula octagonal se encuentra la representación de cuatro doctores de la iglesia. El coro conserva el órgano original que data del siglo XVIII.
Las artesanías de madera son un atractivo del pueblo. En el Museo de la Madera nacieron dos autos hechos completamente con madera: Tlaxcomóvil y Teo Tlachco.
MADEM es también un taller de madera donde los muebles, las artesanías, y los diseños especiales muestran la creatividad de sus artesanos. La historia comenzó con el abuelo de Miguel Ángel Márquez Sánchez, actual dueño y encargado de seguir la tradición familiar de MADEM.
Deleita a tu paladar con la comida típica de la región. Las mejores sopas de hongos xoletes y los alverjones al xoconostle se sirven en el tradicional restaurante Portal Jardín.
Adéntrate en la natualeza de Tlaxco
Para los viajeros más intrépidos, la sierra de Tlaxco es un must en su visita por Tlaxcala. A tan solo un km del centro de Tlaxco están Los Laberintos. Pequeños cañones que se formaron por la erosión de la tierra con el paso del tiempo y el agua que baja del cerro.
Conecta con la naturaleza y organiza un picnic familiar en medio de encinos, oyameles, pinos y bromelias en Llanos de Teopan. Los fines de semana los habitantes del lugar rentan a sus caballos para que los visitantes cabalguen en medio del bosque.